La memoria y los sueños siempre terminan todos enredados. Y cuando tenemos suerte, podemos formar con ellos una resplandeciente madeja llena de color y brillo.
Doblemente afortunado quien sabe aprovecharla para tejer el porvenir.
G.
La memoria y los sueños siempre terminan todos enredados. Y cuando tenemos suerte, podemos formar con ellos una resplandeciente madeja llena de color y brillo.
Doblemente afortunado quien sabe aprovecharla para tejer el porvenir.
G.