Statcounter

domingo, 19 de julio de 2015

Tarde tormentosa

Después de una orgásmica tarde entre antiguos damascos, tafetas, plumas y astracán, mi piel tenía ya ese estado de exaltación y magia, en donde nada importa, excepto lo que los ojos ven.  Y sólo con eso, era ya una tarde como pocas.

Y de pronto, al caminar por uno de mis rincones favoritos en el mundo, el cielo se puso gris y amenazante. Y lo que empezó con pequeñas y escasas gotas, en un instante se volvió una furiosa tormenta. De ésas cegadoras, que gritan, que caen al suelo con prisa y se escapan desbocadas.

Había un largo camino por delante en el que sólo los árboles vigilaban mientras se les escapaban algunas ramas y el granizo atacaba insistente como si quisiera verme correr. ¿Qué nadie le ha dicho que a las tormentas se les vive a paso lento?

Hoy fue una de esas tardes tormentosas que sacuden y que inundan.

Hoy fue una de esas exquisitas tardes que exfolian el alma y le dan un brillo extra a la mirada.


G.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Lo más visitado