Empecé a viajar un día que sentí la necesitad de salir corriendo de la vida diaria… la realidad en ese instante de mi vida no me resultaba grata. Siendo honesta, la distracción sólo fue temporal, porque a fin de cuentas regresé y continúe en el mismo lugar. Lo rescatable de la huida fue que desde el instante en que pisé por primera vez un suelo ajeno algo en mi interior se despertó.
Gracias a ese primer viaje, despertó la rebeldía ante lo que la vida me ponía al rededor, y noté lo poquito que sabía de mí y del mundo entero. Ahora ya no viajo para huir… ahora viajo para encontrar.
Encontrar… una palabra tan profunda y con tantos matices. En cada viaje siempre encuentro, conozco, siento y termino por saberme tan ignorante. “¡Quién me hubiera dicho que esto existía!” me digo, y me complazco por saberlo ahora. Y quiero más. Siempre quiero más.
Gracias a ese primer viaje, despertó la rebeldía ante lo que la vida me ponía al rededor, y noté lo poquito que sabía de mí y del mundo entero. Ahora ya no viajo para huir… ahora viajo para encontrar.
Encontrar… una palabra tan profunda y con tantos matices. En cada viaje siempre encuentro, conozco, siento y termino por saberme tan ignorante. “¡Quién me hubiera dicho que esto existía!” me digo, y me complazco por saberlo ahora. Y quiero más. Siempre quiero más.
Y después de ver paisajes nuevos, de escuchar otros idiomas, probar sabores nuevos, ver rasgos tan distintos de los míos, y descubrir a la vez tantas similitudes, acabo por encontrarme conmigo misma. Siempre un poco más soñadora, siempre un poco más aventurada y siempre un poco más curiosa. Ansiosa por alcanzar el siguiente destino.
Y cuando vuelvo a casa (a aquello que podría ser la parte cotidiana de mi vida) todo me parece tan distinto… porque mis sentidos llegan renovados, y mi corazón marcha a un nuevo ritmo. Y aquí, en la vida diaria, vuelvo a conocer y a aprender. Siempre más.
G.
Disfrutando el gran viaje de la vida.
Y cuando vuelvo a casa (a aquello que podría ser la parte cotidiana de mi vida) todo me parece tan distinto… porque mis sentidos llegan renovados, y mi corazón marcha a un nuevo ritmo. Y aquí, en la vida diaria, vuelvo a conocer y a aprender. Siempre más.
G.
Disfrutando el gran viaje de la vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario