Ahora imaginen por un momento que su sueño guajiro de conocer a ese personaje (y no me refiero a coincidir en un lugar público y pedirle un autógrafo) se vuelve realidad. Poco probable, ¿cierto?. Pues a mí me sucedió.
Bien dice la choteada frase: el mundo es un pañuelo. Así que en ese pañuelo arrugado nos fuimos a cruzar. Entramos en contacto por rollos laborales, hubo una clara química, y finalmente se presentó la invitación a salir. ¡¡¡Síiiiii!!! ¡¡¡Mi eterno amor platónico de la tele me había invitado!!! Todavía minutos antes de llegar a la cita, seguía pellizcándome para asegurarme de que no era una alucinación ¡¡y hasta me entraba la risa nerviosa!!
La velada fue genial. Me porté, no como una fan eufórica que quiere la foto y el autógrafo con su famoso, si no como cualquier mujer que sale con cualquier hombre. Una gran charla, muchas risas, nada de silencios incómodos, él super atento y caballeroso; un par de coqueteos, y yo me esforcé por no gritar o desmayarme.
Todo parecía indicar que él también la había pasado bien, y que había probabilidades de una segunda salida. Pero... el coqueteo de su parte se volvió más directo, y su interés en mí, en lo que yo era como persona pareció desvanecerse. Poco a poco fue quedando claro que nuestras intensiones tomaban direcciones diferentes. Hasta que no hubo punto medio y finalmente se rompió el contacto.
Debo confesar que fue una gran decepción para mí... Obviamente me hubiera gustado poder conocerlo mejor. Definitivamente seguí pensando que era una persona super interesante, igual de atractivo que en la tele, y muy agradable. Pero no me gustó nada su intención. Y sí, eso hizo que mi opinión de él cambiara demasiado.
Moraleja, que por cierto ya sabía, pero no tenía un ejemplo tan evidente: todos somos humanos, unos más que otros, pero todos defectuosos e imperfectos; seamos famosos o anónimos. Y nuestras imperfecciones no siempre combinan con las imperfecciones de los demás.
De cualquier manera fue un placer y una gran emoción conocerlo. ¡¡Y al pensarlo, todavía sonrío y hasta me río sola!! jajaja No deja de ser mi sueño guajiro que se hizo realidad :D
G.
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