A veces pienso que al tiempo le gusta llevarme la contraria para hacerme enojar. Todavía me acuerdo con una mezcla de enojo y risa cuando en una entrevista de trabajo, la amabilidad de mi entrevistador se fue al bote de basura cuando terminó de leer mi curriculum. Un ingeniero de más de 40, con cara de cansancio y tics de ansiedad.
Cuando terminó de leerlo, lo puso a un lado en su escritorio, y me pidió que le hablara un poco de mi experiencia profesional. Yo me puse cómoda y le platiqué de mis grandes logros y de mis mejores proyectos. Me escuchó atentamente sin emitir un juicio, pero su cara seria me mandó el mensaje: "Tú no me agradas".
Cuando terminé, hubo un gran silencio, y una mirada fea. Luego se acomodó en su silla y finalmente habló. Hizo un rápido resumen de mi carrera profesional, y luego preguntó: "Disculpa que pregunte, pero... ¿qué edad tienes?". Yo contesté muy orgullosa y sonriente: "Tengo 29". Luego vino otra fea pausa, y finalmente se desahogó: "¿Entonces me estás diciendo que tú, a tus 29, tienes la misma experiencia profesional que yo?".
En ese instante supe que estaba perdiendo mi tiempo en ese lugar y que todo acababa de irse directo al drenaje profundo. Ya no había nada que perder, no había que conservar los formalismos y no tenía por qué ser tolerante. Así que no me reprimí: "Bueno, no sé cuál es tu experiencia profesional, por que no te conozco. Pero sé que lo que dice mi curriculum es cierto, y sé que si lo puse es por que es verdad".
El resto de la entrevista no la recuerdo, pero ambos sabíamos que ya no tenía caso. Acababa de ser juzgada y discriminada por mi edad. No fue la primera vez que pasé por algo así, ni fue la única ocasión en que deseé ser mayor para ser una ingeniera respetada y poder aspirar a puestos de mayor responsabilidad.
Hoy estoy a unos días de cumplir 32. Soy una ingeniera respetada que ya es capáz de tener puestos de mayor responsabilidad. Lo absurdo de la vida es que ahora tengo años de más: soy una mujer soltera de 32. Y la discriminación a mi alrededor sólo cambió de criterio. Sigo estando fuera de la norma, y sigue estando fuera de mis manos poner una solución.
Estoy a unos días de cumplir 32. Y no. No quisiera cumplirlos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario